lunes, 9 de marzo de 2009

Muerte

Poema escrito para el concurso “la décima muerte”. Pero que nunca me decidí a enviar

Soy el punto donde convergen los otros puntos cardinales.
Soy el inicio del fin, donde todo lo perecedero comienza a nacer otra vez.
No soy más que el vacío de tu razón y el todo que impulsa la navaja de tu corazón.

“El mal” me llaman los que no me conocen,
el bien para quien mis tersos labios han besado.
Una contradicción sin resolver del blanco de tu alma.

Algunos me maldicen sin saber de que hablan y otros me aclaman en su eterno sufrir.
Soy el eterno descanso del enfermo y del poeta inspiración.
Del razonable soy el sosiego, del necio el castigo sin sentido.

Soy la segadora, cosecho sin sembrar;
pequeña de mis amigos, aplastante de los que no lo son.
Suave cual la seda para los que me desean,
eterna calamidad para los que no comprenden mi tesón

El viento aclamado por el moribundo, para su nave llevar a tierras imperecederas.
Cazadora sin arco. Victoria sin alas. Amada y odiada.

Soy el verdadero omega, sin mi todo sería eterno desazón.
No soy más que parte de tu finita existencia y el exceso de tu eternidad.
Adórame o recházame, eso nunca me ha importado.

Algún día te alcanzare; lo quieras o no,
para juntos partir a donde lo infinito yace.


Moisés C.F.

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