domingo, 22 de marzo de 2009

Naturaleza Muerta

Escrito hace mas de 3 años, esperando una renovación y ver la luz...

Ya no escribo desde que se me quebraron las manos,
como pajarillos muertos las deje en el pasto tiradas;
ahora, solo veo las nubes pasar cargaditas de deseos
de promesas jamás cumplidas y de recuerdos de tiempo grato.

Pasan flotando arriba de mi cabeza y se deshacen en hilos;
plata, oro y carmesí al sol;
hasta que se disuelven en sueños deshilvanados en tiempos de sequía.

Pretendí ser algo que no soy:
una mejor persona cuando estaba a tu lado.
Con tus grandes ojos miraba la tierra buena resplandecer,
la hierba ínfima convertirse en árbol maduro y fuerte,
el agua corriendo por nuestras células.

Me veía reflejado en tus ojos y veía un futuro que no existía;
me cegaba tu luz interior que sembraba notas de una caja musical
que me hacían soñar contigo, juntos....

Pero un día ya no estabas mas aquí sobre mi cabeza
y no supe que hacer...

Se fueron secando los arroyos eternos de mi alma,
el fuego de mis ojos se apago,
una sombra lánguida y fría sobre mi mirada severa se expandió;
quede sordo y mudo ante la indiferencia que se apoderaba de mi
me volví un muerto que regresa de la tumba.

Enredado en mis pensamientos flotando por el río estigio
sin un Caronte que me ayude a encontrar el camino,
perdido.

Entre esos pensamientos de ojos ciegos lo he pensado todo mejor;
me he dado cuenta de tu piel jamás fue mía
Solo era la carcasa de mi imaginación acompañándome,
que tus manos nunca dibujaron en mi piel,
pues siempre estuvieron alejadas del fuego que me envuelve;
que tu aliento nunca me embriago
solo era la soledad sirviéndome los tragos.

Y así, ebrio de indiferencia me quede tirado al sol sobre la hierba;
esperando a que vinieras refrescar mi frente con tus promesas
y me dieras a comer de tu luz sanadora,
me dieras a beber agua de tu boca.
Para que me veas abrir los ojos que solo son reflejo de tu alma
que no me reconocerá en el espejo de la virtud.

lunes, 9 de marzo de 2009

Rabia

Como dice San Pascualito Rey en Hoy no es mi Día: “Lo siento, soy yo, hoy no es mi día” je je

Soy la voz ahogada, callada a golpes,
el moretón en tu cara que nunca sanará,
el cáncer que nace de el diamante que crece en tu piel.

Soy producto inequívoco de un beso roto en sangre,
soy el niño muerto en brazos del amor invisible,
enemigo del tirano que golpea tu espalda con placer,

Soy la rabia del lobo en tu sangre corriendo,
el chirrido de dientes al romperse de cólera y dolor.
Soy el placer constante de tu alma abierta en canal.

El destructor anónimo de tus murallas en ruinas,
la droga que te adormece para tus órganos robar.
Soy el odio hecho carne y del amor el destripador.

Me llaman exterminio, saciedad y consuelo;
tristeza clavada firmemente en el alma...

En todo presente y de todo consiente,
Más inclemente que tu dios.

El corruptor de tus fuentes,
la plaga de tu gente...

Soy más grande de lo que piensas,
mas victorioso y poderoso que el dolor que en ti comienza a nacer.


Moisés C.F.

Al final

Arráncame vértebra a vértebra la vida,
déjame sin vida, sin aliento ni pensamiento,
deposítame en la arena cubierto de sal,
llena mis manos de carbón,
en mis píes coloca libros y recuerdos,
hazme un pequeño tributo de razón,
disuelve mis añoranzas en platino,
destruye totalmente mi legado
para poder alzarme un monumento.

No quiero nada complicado,
solo saber el inicio de la línea,
desenredar el misterio de la vida,
¿por qué el cielo se hiere y nace de nuevo cada día?

Quizás a donde voy de peregrino
encuentre la calma y la paz;
y ahí ordenare toda mi mente
veré como se enraíza con sus teorías,
como clava sus razonamientos hondo en la tierra
expandiendo sus ramas buscando sustento
y cubriendo el cielo con sus sombra;
me desintegrará para hacerme su abono...


Y así día a día de la eterna existencia, podré conocerlo todo,
veré todo resplandecer ante mis ojos ciegos,
y por fin trascenderé a la eternidad
cantando mi victoria con trompetas y
rompiendo el aire con mi saber.


Moisés C.F.

Pajarillo

La extinción solo es el comienzo…

¿Por qué me encierras en cuatro paredes?
¿Para qué mis alas se quiebren y sangren?
¿Para qué de a poco me muera y me tires a la acera?
Para que los perros laman mis heridas
y desaparezca eternamente de la faz plástica del mundo
entonces, volverme un suspiro perdido en el mar de tu inconsciencia...

Pero mejor si enciérrame y mátame...

Para que pueda ser libre del lastre terrenal
y traspasar las fronteras de lo conocido y de lo material
Para poder ser uno con el universo
que me repetirá eternamente como himno a la naturaleza
en sus múltiples amaneceres y ocasos.


Más aun, cuando mi cuerpo se vuelva carne deshecha
Y mis huesos monumentos de placer; estaré aquí retandote,
eterno y efímero permaneceré pendiente sobre tu cabeza,
reflejado en tus ojos, en cada latido de tu débil corazón.
He ahí que me recordaras como el triste pajarillo muerto
que sacaste de la jaula muerto en la mañana para a los perros alimentar al atardecer.


Moisés C.F.

Otoño

A veces, cedemos más de lo que deberíamos sin recibir nada a cambio, les recitamos poesía a los sordos o llenamos de visiones los ojos de los ciegos, pero de eso se trata la historia y el camino hasta que encontremos a quien se debe de encontrar

Te daré mis lagrimas en té sorbidas para tus heridas curar,
mis sueños en chocolate vertidos para restaurar los tuyos,
mi carne como el pan liviano cubierto de luna para abrir tus ojos.

Me quedare en vela hasta que tu fiebre haya cedido,
hasta ver tus temores ahogados en la noche de mar.
Mar tormentoso que se alejara con el rumor de sus pasos hechos olas.

Cuando la tormenta haya pasado seguiré a tu lado cubriendo tu frente de besos,
cubriendo tus manos con mis canciones candorosas.
Llevando a tu boca el amanecer.

Al amanecer del séptimo día partiré bañado de alba
y con la piel cubierta de sueño encendido,
que estará cansada y fresca, salpicada de rocío.
Iré colectando ancianas hojas con mis pies húmedos de placer.
Con la sonrisa a flor de piel y la satisfacción pegada en la frente.

Entonces el día me disfrazara de sombra,
me cubrirá de victorias consumadas y revoloteantes,
que con la brisa del otoño me llevaran al lugar
donde las hojas caen sempiternas y el viento suave y perfumado de una
pasión consumada yace esperando renacer.

Ahí te esperare eternamente feliz,
mientras mi piel se hace gris,
mis ojos se apagan y mi corazón en blanco mármol se resuelve.


Mosés C.F.

Muerte

Poema escrito para el concurso “la décima muerte”. Pero que nunca me decidí a enviar

Soy el punto donde convergen los otros puntos cardinales.
Soy el inicio del fin, donde todo lo perecedero comienza a nacer otra vez.
No soy más que el vacío de tu razón y el todo que impulsa la navaja de tu corazón.

“El mal” me llaman los que no me conocen,
el bien para quien mis tersos labios han besado.
Una contradicción sin resolver del blanco de tu alma.

Algunos me maldicen sin saber de que hablan y otros me aclaman en su eterno sufrir.
Soy el eterno descanso del enfermo y del poeta inspiración.
Del razonable soy el sosiego, del necio el castigo sin sentido.

Soy la segadora, cosecho sin sembrar;
pequeña de mis amigos, aplastante de los que no lo son.
Suave cual la seda para los que me desean,
eterna calamidad para los que no comprenden mi tesón

El viento aclamado por el moribundo, para su nave llevar a tierras imperecederas.
Cazadora sin arco. Victoria sin alas. Amada y odiada.

Soy el verdadero omega, sin mi todo sería eterno desazón.
No soy más que parte de tu finita existencia y el exceso de tu eternidad.
Adórame o recházame, eso nunca me ha importado.

Algún día te alcanzare; lo quieras o no,
para juntos partir a donde lo infinito yace.


Moisés C.F.

Madrugada

Comienza el ocaso lleno de deseo,
despunta el alba tocando mi cuerpo.

Se desliza por mi cama como viento fresco de la noche
deshaciendo mis malos sueños...

Toca mi piel con sus dedos como pequeñas navajas,
me deja un rastro de llagas que supuran placer...

Sus labios de magnifico hielo
destrozan en luz mi sien.
Congelan gloriosos mis labios que derraman su miel.

Abro mis ojos en medio de la noche
y veo la pálida luz resplandecer,
el hielo volverse agua, para la cielo irse vestido de vapor.

Todo se clarifica, se llena de pasión,
me hago por un segundo el dueño de todo lo oculto
mientras la eléctrica luna recorre mis músculos.
Me tensa y revienta el dolor en partículas llameantes de amor.

Entonces se aleja despacio como un rumor en la oscuridad,
mientras yo me veo vaciado en la nada
en ese vacío me encuentro deshecho,
convertido en todo lo imposible
que mis manos frías comienzan a fabricar.


Moisés C.F.

Natura

Escrito al borde del sueño, pensando en alguien especial pero ausente y en la manera en como me hace sentir cuando esta a mi lado.

Gracias a a.k.a. Don, que lo corrigió y publicó en su blog... chequen su blog es bastante bueno!

Tengo los ojos llenos de sol,
las manos cubiertas de hierba,
los pies vacíos de pasos,
los labios envueltos en hojas secas.

Poseo la nada,
el vacío opulento del dolor,
el pudor candoroso de la pasión,
y la fresca pureza del amor.

Vislumbro más allá de tus ojos de plata,
tengo en oro envuelta el alma
y mi razón ebria de fantasía.

Soy dueño del revoloteo incesante de un pensamiento,
de un suspiro besando el viento,
de una paciencia finita y diminuta
cuando las inhumaciones del recuerdo aparecen.

Soy un niño convertido en hombre,
demonio de mirada inocente y severa

-el cazador y la presa-

soy amo y esclavo del rumor de los arrollos universales,
que fluyen eternos y me traen ciegos la ciencia de los arboles y el verdor

soy madera hecha fuego,
una canción hecha carne,
un aroma a la eternidad fugado
y sobre toda esta maravilla ya he dejado de ser humano.

El alquimista me ha desecho y ensamblado de nuevo
me descifra en miles de versos, me deshila en extraños cantos
para volverme a unir con agua e incienso...
me mitificó me convirtió en nada
y a su vez lo soy todo


Moisés C.F.

Sin Titulo

Uno de los que mas me gustan, lo escribí hace como 3 o 4 años...

Hoy deje que me miraras,
nunca me cerré a tus ojos;
deje que me estudiaras, que me diseccionaras con tu mirada
pudiste razonarme, filosofarme y asimilarme.
Quede tirado a tus pies como un libro abierto
esperando a tus pequeñas y frías manos para hojearme
y dejar al descubierto mis secretos y mi gloria.

Me destruiste y me construiste de nuevo.
Me alzaste como se alza una ciudad nueva y prometedora
de mis puertas amuralladas corrió agua fresca
que será bebida por los peregrinos con pasión

Más aun así esperaste hasta el último momento para invadirme,
silencioso y cauteloso el paso de tus estandartes.

Blanco y plata por mis plazas fuertes.

Subiste hasta mi templo más alto y declaraste tu victoria;
cubriendo mis manos con tus letras, poniendo signos en mis labios
sellaste mis ojos con tus hermosas visiones...

No pude hacer más que rendir mis hojas a ti,
con todas mis historias y mis imágenes.

Mi ciudad conquistada, y mi piel... a tus caprichos vendida


Moisés C.F.

domingo, 8 de marzo de 2009

Susurro

Siguiendo la linea... aqui hay otro "dulce" como yo llamo a mis letras.

Anoche antes de dormir se me ocurrió un verso,
pero ya no lo pude rescatar, se perdió entre la niebla del sueño;
hablaba de viento; aun puedo oír su gemir en mi cabeza,
era como una vieja canción dolorosa, de esas que canta el aire al pasar por las comisuras del mundo.
Hablaba de amor perdido y no consumado, de tristezas febriles y malhumoradas
que bailaban en torno al dolor, de desesperación atónita y marchita.

Aun lo veo perdiéndose entre la multitud de mis sueños
que me atacan en guerra constante de infierno contra el cielo.
Lo vi alejarse, tomar una ballesta y herirse el corazón.
De a poco fue desapareciendo mientras yo caía en el sopor
para dar paso a sueños de cocodrilos con yeso en el hocico,
Sueños de tortura decadente de líneas mal trazadas sobre la piel de la ilusión.

Aun puedo escucharlo susurrándome al oído su letanía gloriosa
de santos olvidados, de viento enjaulado en el corazón de un mártir,
de rugir victorioso de sombras danzantes en las vías perpetuas de la irrealidad.

Me susurro dos líneas que me parecieron escritas en letras de oro
Por los Ángeles clavadas en la tierra del perdón.
Me recito una a una las letras al oído yendo de uno a otro sin cesar,
pero algo lo distrajo a la niebla divisora que ahora guarda sus restos
como viejas reliquias de huesos quebrados.

Y ahora que lo revivo con procesos alquímicos de recuerdos entre sueños,
estando despierto del sopor, lo he conjurado.
Ha venido a mí entre caminos que la muerte le ha procurado.
Y entre esos dolores de esperpento se ha desfigurado, ha mutado,
para convertirse en una gloria desencajada y hermosamente mejor que su nacimiento.


MCF 2009

Modo Automático

Este es uno de mis primero escritos en tinta eléctrica, espero que les guste. (se valen lo comentarios)



A veces mi mente se duerme pero yo estoy bien despierto,
se me va lejos caminando somnolienta y cae rendida en el desierto;
Se lleva todos mis sentimientos y los guarda en cajas de pensamiento.

No toma precauciones del sol ni de las serpientes,
queda postrada, tranquila, murmurando entre dientes,
viejas tonadas de canciones grandilocuentes.

Y en este modo automático puedo hacer muchas cosas:
tomar café y contar estrellas, leer cuentos y borrar mis huellas,
puedo soñar con los ojos bien abiertos,
cantar aunque tenga los labios muertos,
caminar hacia atrás, a los esteros,
llevar viandas, vino y fruteros,
gozar tocando la hierba sudada al sol,
comer mucho tiempo sentado en grandes pedazos de flor,
andar descalzo sin miramientos,
comer nubes con pétalos de recuerdo,
nadar en el estero con la piel limpia de pecado,
llenar los pulmones de aromas y viento;
cocinar salchichas con remordimientos,
beber agua de sabios momentos,
correr y volar, caer y jugar, amar y llorar...

Todo eso y más puedo hacer en modo automático,
cuando mi cuerpo esta despierto y mi mente durmiendo en el desierto.